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Bellísima imagen, obra cumbre del periodo clásico de Gregorio Fernández, quien la tallara en torno al año 1619.
Perteneció a un conjunto procesional denominado del Azotamiento, tallado por el maestro lucense para la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid. Las imágenes secundarias del conjunto han desaparecido con el tiempo.
Hasta tal punto caló la expresión doliente de Jesús, es tan real y bella su mirada que, ya pasados varios siglos, se sigue repitiendo la leyenda de que habiendo acabado el maestro ya la imagen, Jesús habló al artista y le dijo. "¿Dónde me miraste que tan bien me retrataste?", Gregorio Fernández respondió, "Señor, en mi corazón".
Perteneció a un conjunto procesional denominado del Azotamiento, tallado por el maestro lucense para la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid. Las imágenes secundarias del conjunto han desaparecido con el tiempo.
Hasta tal punto caló la expresión doliente de Jesús, es tan real y bella su mirada que, ya pasados varios siglos, se sigue repitiendo la leyenda de que habiendo acabado el maestro ya la imagen, Jesús habló al artista y le dijo. "¿Dónde me miraste que tan bien me retrataste?", Gregorio Fernández respondió, "Señor, en mi corazón".
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